martes, 27 de julio de 2010

Acuse de recibo

Te escribo porque hace mucho que no hablamos. Y recién hoy me dejan mandar la carta. No se cuánto tiempo pasó.
Es muy feo acá, sabés?. Las enfermeras te tratan como si fueras pelotudo y los doctores se la pasan tratando de hacerte creer que te quieren y que les importás, pero en cuanto les hablás o les comentás algo, enseguida empiezan a anotar todo en una libretita. A los que no les hablan, con el tiempo dejan de darles bola y se van apagando de a poquito, como esas lucecitas de los arbolitos de navidad, que se queman viste?.
Quería que te quedes tranquila, yo ya estoy mejor, me lo dicen todo el tiempo acá. Y que parece que ya no tengo para mucho más. A lo mejor tenía razón tu papá; qué se yo. Yo te juro que no me di cuenta. En el momento sí, pero después ya era tarde. O no, no sé. Lo único que me salió fue irme corriendo. Vos como estás, Sil? Tu hermano Beto? Ya debés estar terminando la facultad, que te gustaba tanto. A lo mejor te mandan a practicar acá, ¿no? Así nos veríamos un rato por lo menos. Yo te extraño mucho a vos. Te debió haber quedado un chichón  feo en la cabeza, pero ya se te debe haber pasado, calculo yo. En serio que no te quería pegar, eh. Pero ya sabés que se me sale la cadena a mi y bueno. Encima sabés de todos los líos que tenía ahí yo, si te contaba. Y vos me esuchabas mucho, mucho y me hacía bien. Pero ese día estabas mala conmigo. Yo igual te quiero mucho a vos, acá todos te conocen porque yo siempre les cuento de cuando íbamos al cine o al parque y a caminar por el centro y les prometí que los vamos a venir a visitar juntos cuando yo ya esté bien. Espero que no tengas problema, son buenos acá, otros no, pero viste como es.
Bueno, yo ya me tengo que ir que me espera la doctora. Te mando muchos besos y espero tu respuesta y verte pronto linda. TE AMO,
 Manuel


-Vamos, Bermúdez. ¿Ya terminó la carta?, bueno démela que yo se la mando. Vaya, Bermúdez, vaya.
-¿Le vas a mandar la carta, Susana?
-¿A quién querés que se la mande, Pablo? Este es el hijo de puta que mató a la novia, allá en Brandsen, hará tres años. Esta es la quinta que le escribe.

1 comentario:

  1. Muy bueno, de esos finales en los que uno no puede menos que esbozar una sonrisa tibia elevando sólo el lado izquierdo de la boca, y quiere reirse pero no sabe si es una falta de respeto al sentimiento triste que acompaña la sonrisa.
    Abelardo Castillo flota en el aire y se mezcla con Subiela; quizá Bermúdez es más feliz que cualquiera de nosotros... por lo menos para él los dioses no están muertos...

    Saludos...

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